Review: «The Leftovers» Temporada 2 – Episodio 10 – Fin de Temporada

«I Live Here Now»

«La locura es como la gravedad. Solo es necesario un pequeño empujón» le decía el Joker a Batman resumiendo la esencia de su filosofía del caos al final de «El Caballero Oscuro». De esta manera los nuevos Culpables Remanentes liderados por Meg Abbott han conseguido reducir a cenizas el sueño de Miracle, Texas. Solamente un ligero empujoncito para hacer caer como un castillo de naipes una frágil ilusión de esperanza que ya se resquebrajaba desde dentro por medio de las dudas de sus propios habitantes, con la familia Murphy como principal ejemplo. El propósito del retorcido plan de la nueva facción de la secta unido al discurso de Michael en la iglesia, son el perfecto resumen de la esencia de lo que quiere narrar esta descomunal segunda temporada.

Componiendo un simétrico y magistral juego de espejos con la primera entrega, Meg ha evolucionado tomando las riendas de un culto descabezado a raíz de la muerte de su líder e ideóloga y le ha dado la vuelta por completo a las motivaciones y objetivos originales del grupo aplicando su experiencia personal. Jarden es el reflejo completamente opuesto de Mapleton. En oposición al reverendo Jamison y otros pocos, la inmensa mayoría de la población de la ciudad neoyorkina interpretaba la Marcha Repentina de una manera cercana a la Ascensión relatada en la biblia, otorgando a los desaparecidos el rol de «elegidos», todo lo contrario que en Jarden, donde la población prefiere aferrarse a la esperanza adjudicando el papel de bendecidos a los que se quedaron. Dos formas radicalmente opuestas de asimilar un hecho completamente indescifrable para el ser humano.

Comandados por Patti Levin, los Culpables originales nacen del propio acontecimiento como recordatorio viviente de que el mundo tal y como lo conocemos ha llegado a su fin, sin embargo el mensaje que quiere hacer llegar Meg es completamente distinto. Ella no perdió a nadie ese día, su mundo se vino abajo justo un día antes con la muerte de su madre, como veíamos en el episodio anterior y como demuestra con la frase «La familia lo es todo» ante un confundido Tommy. Tanto el alma de Meg como la de Michael estaban rotas antes del fatídico 14 de Octubre y quieren transmitir su mensaje de forma contundente: No sois especiales, la Marcha Repentina es una simple anécdota. Siempre ha habido pérdidas de seres queridos y siempre las habrá. Es absurdo tomarlo como un antes y un después simplemente porque no puede explicarse. Las dudas, la culpa, el miedo y la soledad existían antes y seguirán existiendo. Este mundo ha sido siempre un lugar jodido para vivir y siempre lo será.

«I Live Here Now» se convierte así en un colofón espectacular y majestuoso para la mejor temporada de una serie televisiva en los últimos tiempos. La season finale entremezcla sus dos principales hilos argumentales (la desaparición de las chicas y la odisea personal de Kevin), construyendo un desenlace extraordinariamente sólido y coherente, no exento de sorpresas a pesar de haber asistido a las revelaciones más impactantes en los dos episodios previos. El plan de Meg que tan hábilmente nos ha sido escamoteado a lo largo de los primeros ocho episodios llega a su fin, confirmando a Evie y sus amigas como Culpables Remanentes de incógnito trás su fachada de alocadas y vitales adolescentes que fingen su abducción para sembrar el germen de la duda y desatar la histeria colectiva en Miracle. Al igual que el guión hace con nosotros, Meg juega al despiste insinuando que el objetivo es aislar Jarden volando el puente de acceso con explosivos cuando en realidad pretende dar vía libre a todos los acampados (la mayoría seguidores de la secta) al interior de la ciudad y convertirla en una hedonista orgía de caos y simbólica destrucción.

A pesar de su apariencia de serie coral «The Leftovers» siempre ha sido la historia de Kevin Garvey. La familia Murphy, Nora, Matt, Tommy, Laurie, Tom o Patti son personajes absolutamente fascinantes cuyas historias personales han dado lugar a episodios monográficos inolvidables pero todos comparten un nexo de unión común con el jefe de policía de Mapleton, auténtico protagonista del show. De nuevo el juguetón guión de la temporada tardó varios episodios en hacer arrancar de manera progresiva la inimaginable y extraordinaria odisea vital a la que hemos asistido y que concluye hoy dejándonos de nuevo boquiabiertos.

Enlazando el flashback en el que se sumerje en el lago con el bloque de cemento con la escena final de «International Assassin» en la que emerge de la tierra, Kevin regresa al mundo de los vivos con el objetivo de hacer desaparecer a Patti cumplido y el recuerdo de la noche de su intento de suicidio desbloqueado en su memoria. Por fin se produce la esperada confrontación entre un Kevin que intenta convencer de lo que ocurrió en realidad con su hija a un John enajenado, consciente de que la huella en el vehículo pertenece a Kevin, que reacciona de manera fiel a su caracter con rabia y violencia. El disparo de John hace que inesperadamente visitemos de nuevo el fascinante Hotel Purgatorio. Trás buscar desesperadamente un mensaje de ayuda de su padre en el televisor, Kevin abre el armario y elige esta vez ser él mismo, optando por su uniforme de policía de Mapleton. Acto seguido recibe una llamada que requiere su presencia en el bar del hotel. Allí localiza al misterioso australiano del puente que le dice que debe cantar una canción en el karaoke del bar si quiere regresar a la vida.

Compartiendo la incredulidad de Kevin ante lo ridículo de la situación, asistimos al sobrecogedor e inesperado clímax del personaje, constatando una vez más la vital importancia de la música en «The Leftovers» como vehículo a la hora de transmitir y remarcar emociones. Las canciones que figuran en la ruleta del karaoke son otro de esos detalles nada casuales de la serie. Al «Angel of the Morning» de Juice Newton que canta la chica rubia rubia le acompañan otros temas como «I Would Die 4 U» de Prince, «Bohemian Rhapsody» de Queen o canciones con reminiscencias religiosas en su título como «Don’t Stop Believing» de Journey, «Like a Prayer» de Madonna o «Livin’ On a Prayer» de Bon Jovi, todas ellas fácilmente interpretables como posibles alegatos de cualquier huesped del hotel para regresar a la vida. En otra grandísima muestra del nivelazo alcanzado como actor de Justin Theroux, su personaje comienza a cantar torpemente «Homeward Bound» de Simon & Garfunkel, un melancólico tema que refleja a la perfección el deseo por regresar al hogar cuya letra se va apoderando progresivamente del personaje desembocando en una emotivísima interpretación.

Ese ferviente deseo tan poéticamente expresado consigue hacer que Kevin resucite por segunda vez, firme la paz con John en una conversación en la ambos admiten resignados su incomprensión del mundo en el que viven y pone punto final a su homérica odisea con la llegada al ansiado hogar y el caluroso y emocionante recibimiento de su familia al completo, en otro magnífico guiño de simetría con el final de la primera temporada. Kevin ha vuelto a vencer todos los obstáculos y ha reconquistado de nuevo su objetivo vital.

Provocadora, absorvente, fascinante, desgarradora… la lista de adjetivos para catalogar esta segunda temporada de «The Leftovers» sería interminable. Perfecto podría ser un calificativo en absoluto exagerado para definir un producto audiovisual capaz de estimular cerebral y emocionalmente al espectador a niveles pocas veces alcanzados anteriormente. No nos cansaremos de alabar el sensacional trabajo interpretativo de cada uno de los actores, la extraordinaria y sobrecogedora banda sonora de Max Richter y el gran trabajo en la dirección de Mimi Leder y el resto de realizadores, pero si hay que hacer alguna mención realmente especial es a Damon Lindelof que ha logrado junto a Tom Perrotta una auténtica obra maestra a nivel de guión.

El guionista de «Perdidos» ha pulido errores del pasado y no ha dejado en ningún momento que el show se le vaya de las manos, cogiendo una novela y amplificándola hasta el infinito junto a su autor, dotándola de una mitología enormemente compleja pero siempre perfectamente controlada. También fue un gran acierto su aviso a navegantes advirtiendo desde el principio que jamás se desvelaría el misterio de la Marcha Repentina, educándonos en la manera en la que debíamos acercarnos como espectadores a esta serie para que en ningún momento perdamos de vista lo que verdaderamente relata. ¿Hay milagros en Miracle? ¿Está Kevin muerto realmente y la casa con todos sus seres queridos dentro es su particular cielo? Son preguntas para las que una respuesta afirmativa es tan razonable como una negativa y que resultan insignificantes respecto a la gran pregunta de todas: ¿Habrá una tercera temporada?

Seguramente tardaremos en saberlo pero hay motivos para el optimismo. HBO emitió la primera temporada hace dos veranos, época reservada a estrenos considerados menores para las cadenas televisivas americanas, y terminaba en el mismo punto en que lo hacía la novela. De la misma manera el final de la segunda temporada puede considerarse perfectamente como un desenlace cerrado para la serie pero en sus últimas declaraciones, Lindelof ha admitido que, en caso de renovación, tiene ya en mente diversas vías por explorar dentro del show, especialmente en lo que concierne al misterio que aun rodea a Kevin Garvey Sr., el personaje interpretado por Scott Glenn. Aunque la crítica a caido rendida a sus pies, las audiencias de la serie han sido bastante discretas por lo que el propio Lindelof ha hecho un llamamiento para que los fans de la serie se hagan notar a través de internet y terminen de convencer del todo a HBO, cadena que ha admitido al propio guionista estar enamorada de la serie.

Aunque no hayamos sido muchos, estoy seguro de que los espectadores de «The Leftovers» sentimos esa gran satisfacción de haber disfrutado de algo realmente especial, único y diferente. Al menos esa sensación es la que tiene quien os ha escrito cada semana para compartir esta absoluta maravilla y así me lo habéis hecho llegar muchos de vosotros. Solo me queda agradeceros de corazón vuestro apoyo, el cariño con el que habéis recibido semana a semana estas diez reviews y vuestra agradable compañía a lo largo de un fantástico viaje. Nos vemos en la tercera temporada.

Puedes seguir «The Leftovers» – Temporada 2 en Canal + Series y Yomvi.