Review: «The Leftovers» – Temporada 3 – Episodio 4

«G’Day Melbourne» (Buenos días Melbourne)

Trás el piloto encargado de situar trama y personajes y dos entregas enteramente dedicadas a un único personaje, el episodio que marca el ecuador de la temporada final se ocupa de darle un considerable acelerón a la trama por medio de dos de sus protagonistas en esta ocasión. Regresamos a Nora retomando su odisea personal en el mismo punto en el que quedó aparcada para dar paso al interludio australiano protagonizado por Kevin Sr. para ser testigos del progresivo desentrañamiento de uno de los principales misterios de la temporada y, de paso y gracias al recurso del acompañamiento de Kevin en su viaje, coger el toro por los cuernos y abordar y zanjar (¿definitivamente?) uno de los temas latentes presente casi desde los inicios de la serie: La fragil relación amorosa entre ambos.

Dicha relación siempre ha sido uno de los «elefantes en la habitación» dentro de la estructura general de la historia y uno de los pilares de «The Leftovers» como estudio de personajes. Desarrollada sin prisas y a través de multitud de matices, se ha señalado a través de muchas de las reviews al dolor de la pérdida y la pura necesidad de aferrarse a otra persona como principales semillas del romance surgido entre dos personajes rotos. Nora llenó el vacío dejado por el abandono de Laurie y su afiliación a los Culpables Remanentes a un Kevin que, además de ser retratado siempre como un hombre especialmente necesitado de compañía femenina (tanto en el apartado sentimental como en el sexual) atravesaba un periodo de su vida marcado por una presión insoportable, fruto de la responsabilidad de mantener el orden y la paz en una ciudad a punto de explotar socialmente sumada a sus obligaciones como cabeza de un nucleo familiar compuesto por una problemática hija adolescente y un hijo adoptivo ausente. Nora por su parte terminaba la primera temporada con una nueva familia casi caída del cielo, como si el destino la compensara devolviéndole su rol de esposa, amante y sobre todo madre trás su devastadora pérdida.

«G’Day Melbourne» se dedica a recalcar los altibajos de la pareja a través de dos tramas paralelas que desembocan en una inevitable catarsis, probablemente definitiva si tenemos en cuenta el flash-forward con el que finalizaba el primer episodio de la temporada.

Una vez más el acompañamiento musical de la secuencia inicial de créditos se convierte en toda una declaración de intenciones. Trás escuchar los lánguidos acordes de «The Love is Over», el episodio se abre con un breve diálogo muy ilustrativo respecto al tema sobre el que girará el argumento. A la sencilla pregunta formulada por la agente de aduanas del aeropuerto («¿Van juntos?») le sigue un breve silencio de duda y una mirada mutua previa a la respuesta.

El amor se ha acabado y el principio del fin de esta relación está marcado por un factor por el que la serie había pasado casi de puntillas hasta el momento y del que ahora se revela su importancia. Con Jill en la universidad y Tommy viviendo su vida de manera independiente, la entrega de la pequeña Lily a Christine es el último paso para borrar por completo el rol maternal sobre el que Nora había edificado su recuperación. Quizá la opción natural hubiese sido centrarse en exclusiva en su relación con Kevin o incluso recuperar su papel aceptando el ofrecimiento de tener otro hijo pero en su lugar Nora ha optado por encerrarse en sí misma y seguir adelante dejando en un plano muy secundario la relación con su novio, al que de manera casi inconsciente está empezando a apartar de su vida. Esto quedá fantásticamente ilustrado durante todo el viaje, especialmente a través de todo el periplo en el aeropuerto en el que un boquiabierto Kevin empieza a ser consciente de lo poco que pinta en el momento actual de la vida de su pareja. Nora incluso ha retomado viejos hábitos como la adicción a la adrenalina hasta el punto de que ni siquiera pasa por su cabeza contar con la ayuda de Kevin para introducir el dinero en Australia de manera legal y sin sobresaltos y continúa utilizando el sexo como método para esquivar cualquier atisbo de conversación comprometida.

De esta manera y trás poner un pie en Australia, el camino de la pareja de su bifurca en dos apasionantes odiseas personales. Nora por fin contacta (no sin dificultades) con los científicos suizos que han diseñado el dispositivo capaz de enviar a la gente al mismo lugar/plano dimensional en el que se encuentran los que partieron y es sometida al proceso de selección previo. Las doctoras en física Eden y Bekker son muy distintas (una amable y cercana, la otra cortante, desagradable y desafiante) y usando una táctica parecida a la de «poli bueno y poli malo» someten a Nora a un interrogatorio basado principalmente en una pregunta. Gracias a dicha pregunta queda resuelto otro mini-misterio de los que se va nutriendo la serie. Al igual que Nora, el suicida a lo bonzo con el que Kevin Sr. se encuentra en el desierto fue rechazado por las científicas para usar la máquina, sin embargo ambos contestaron a la pregunta de manera opuesta. O bien no hay una respuesta correcta o en la decisión de ambas respecto a Nora han pesado el resto de evidencias que pueden indicar sus intenciones de investigar y destapar un posible fraude, una muestra más del carácter ambiguo de la serie, tan frustrante como efectivo a la hora de mantener el interés. Quien sabe si en algún momento dispondremos de más información (la promesa por parte de Nora de llegar hasta el final del asunto nos da esperanzas para ello), por el momento lo único que sabemos a ciencia cierta es que no hay estafa, la máquina existe y las científicas están convencidas de su funcionamiento a pesar de no tener ni la más remota idea de lo que hay «al otro lado».

Con bastantes menos dosis de ambigüedad y misterio, el inicio del periplo de Kevin Garvey por tierras australianas y su ruptura con Nora quedan justificados a nivel de guión por medio de una pequeña recaída en sus visiones y la posterior terapia que recibe vía telefonica por parte de Laurie. Si atendemos al análisis del funcionamiento de la mente de Kevin por parte de la estupenda y certera psiquiatra, cada vez queda más claro que sus visiones son representaciones extremas de sus más íntimos sentimientos (la culpa en el caso de Patti, el deseo interno de escapar representado por Evie) y que la mayoría de lo vivido no es más que una creación de su mente enferma. El intenso episodio de esquizofrenia y la posterior actitud egoista de Nora son el detonante de una conversación donde sale a relucir toda la basura de la relación y que termina zanjada por Kevin y su decisión de abandonar a Nora.

El escenario que deja el episodio nos deja a Kevin de nuevo reunido con su padre y a Nora sola y derrotada, todos ellos atrapados en Australia a pocos días del presunto apocalipsis, sin posibilidad de regresar al hogar a corto plazo debido a una misteriosa explosión que ha cerrado el espacio aereo. Todo parece indicar que la tensa situación mundial ha estallado de alguna manera en algún lugar.

Detalles del episodio:

  • Desde el momento en que vemos a Kevin en una habitación de hotel sabemos que se avecina algún guiño y el episodio no defrauda. Kevin descubre a Evie y vuelve a reunirse con su padre a través del mismo medio: la televisión.
  • En su aparición televisiva Daniah Moabizzi sostiene un letrero en que puede leerse «Surah 81», un versículo del Corán que habla sobre el apocalipsis.
  • El episodio juega durante buena parte del metraje con la posibilidad de que Evie esté realmente viva pero acaba resolviendo la incógnita. Lo que si mantiene es el dilema interno de Nora y sus ansias de respuestas. Por un lado necesita probar la inefectividad de la máquina mientras en su interior desea creer frevientemente en una última posibilidad de poder reunirse con su familia.
  • Una de las físicas se apellida Eden, en clara alegoría a su promesa de enviar a los creyentes a su presunto paraíso.
  • La doctora Eden le dice a Nora que Mark Linn-Baker «partío» a bordo del dispositivo. Buena suerte, Mark. Ojalá hayas podido reunirte con tus compañeros de reparto allá donde estés.
  • El retorcido sentido del humor vuelve a mostrarse en la temporada con frases como «Te he cogido prestada la cinta adhesiva» o el «¿Eres real?» de Kevin a su padre.
  • Cuando Laurie le pregunta a Kevin si las cosas con Nora van bien este se ofende y contraataca con la frase «Pregúntale a John sobre el libro que están escribiendo»
  • El episodio comienza con una pregunta y una respuesta (-«¿Van Juntos?) y termina con otra (-«¿Estás Solo?»), ambas con respuesta afirmativa que cierran de manera magistral a nivel de guión la evolución de Kevin a través del episodio.
  • Hasta en tres ocasiones puede escucharse a lo largo del episodio el éxito de A-ha «Take On Me» (Tómame), que también podría traducirse como «Llévame».

La temporada final de «The Leftovers» puede seguirse en España a través de Movistar Series y HBO España.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

8 comentarios en “Review: «The Leftovers» – Temporada 3 – Episodio 4

  1. yo, creo que en este capitulo Kevin, supera a Nora ( será por que ella andaba ya rodando FARGO 😉 , de todos modos como siempre, bestial, todo, guión, interpretación, música, uff, es que esta serie te deja K.O

  2. A mí me parece que la serie está dando unos bandazos que me recuerdan al fiasco de Perdidos. No es que se les haya ido la pinza, es que la han extraviado. No todo vale, y mira que las 2 primeras temporadas fueron buenas.

  3. Me gustaría saber vuestra opinión sobre la utilización nuevamente de la opera La Traviata. Ya aparecía en la temporada 1 el preludio inicial creo. Pero no encuentro explicación. Es verdad que utiliza una escena de adiós pero lo veo demasiado obvio.

    1. «La Traviata», «Nabucco»… La presencia de la obra de Verdi es constante dentro de la selección musical de la serie desde sus inicios.
      Hilando muy fino, quizá se pretenda crear un paralelismo con «International Assassin» (en el hotel limbo sonaba Nabucco, en el hotel del mundo real la Traviata) o puede que sencillamente Verdi sea uno de los compositores favoritos de los artífices de la serie.
      Con esta serie nunca se sabe.

  4. Me pareció que el número tres se repitió en este episodio: tres masas para hacer pancakes, tres vasos de agua los que sirven las científicas, tres låmparas que se apagan, una por una, y al final, en el auto: tres pasajeros.

  5. Por cierto, en un capítulo anterior (el dos) Kevin mencionaba que quería usar tres canastas para la ropa sucia.

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