Crítica: «Tomb Raider»

La conveniente actualización del icono.

Corría el año 1996 cuando el mundo del videojuego alumbró a uno de los personajes más legendarios de toda su historia. «Tomb Raider» presentaba en sociedad a Lara Croft como una respuesta femenina a Indiana Jones en una época donde no era demasiado habitual tomar el rol de una mujer dentro de este género de aventuras virtuales, lo que sin duda supuso un importante punto de inflexión dentro de la industria. A la fuerza y la personalidad de la protagonista se sumaba el particular diseño de su anatomía, que ayudó a convertir a la aventurera arqueóloga británica en uno de los primeros iconos sexuales nacidos en un videojuego, una etiqueta que siempre ha ido unida al personaje y contribuyó de manera decisiva para auparlo a los altares de los mitos de la cultura popular mundial.

Los tiempos han cambiado y, de la misma manera en que la franquicia necesitaba adecuarse a los cánones actuales del blockbuster de aventuras trás dos adaptaciones previas protagonizadas por Angelina Jolie y ancladas en el estilo de acción videoclipera de la época, el propio personaje demandaba un lavado de cara más acorde con la visión femenina moderna.

Esta nueva versión cinematográfica de «Tomb Raider» se adapta totalmente a las pautas de actualización del personaje marcadas por el último videojuego de la saga, mostrando a una Lara con un aspecto físico mucho menos sexualizado que el voluptoso conjunto de píxels que representaba su predecesora, sin perder un ápice de su femineidad y resaltando su caracter y condición de supervivente por encima de todo lo demás. Fiel al espíritu de sus aventuras virtuales, el principal adversario de Lara en las escenas de acción sobre las que se articula la película es el propio entorno, representado por las fuerzas de la naturaleza (sobre todo la de la gravedad con la que la arqueóloga mantiene un pulso constante), por encima de cualquier enemigo de carne y hueso.

Si duda, dichas escenas de acción son lo más reseñable de la película. Dirigidas con buen pulso, el sueco Roar Uthaug convierte su debut en el blockbuster hollywoodiense en un trabajo impecablemente correcto, sobre todo a nivel dinámico y visual. No le acompaña que, en su voluntad de adaptarse a los mecanismos clásicos del género, la trama y el guión acaben resultando extremadamente formulaicos y previsibles, algo que repercute negativamente en la película junto a unos personajes secundarios demasiado estereotipados que minimizan el talento de estupendos actores como Walton Goggins o Dominic West.

De lo que no hay duda es que la elección de Alicia Vikander es un total y absoluto acierto. Además de su total compromiso con el trabajo extraordinariamente físico que requiere el papel, Vikander es una excelente actriz capaz de aplicar con total solvencia una mezcla de capas de encanto, personalidad, caracter, fuerza, instinto de supervivencia y vulnerabilidad con las que es imposible no empatizar.

Puede que como película de aventuras independiente decepcione un poco por resultar algo convencional y conservadora, pero no aburre en ningún momento y al menos muestra mimbres esperanzadores si lo tomamos únicamente como un inicio de franquicia. Hay actriz, personaje y verdadero potencial para una saga de lo más competente como entretenimiento de aventuras a poquito que se decida a explorar un pelín más allá.

«Tomb Raider» se estrena en España el 16 de Marzo.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

3 comentarios en “Crítica: «Tomb Raider»

  1. La vi hace un par de semanas y… pse, ni fu ni fa. Totalmente predecible, en ocasiones algo pesada.

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