Crítica: «Misión: Imposible – Fallout»

El último Boy Scout

La saga «Misión: Imposible» alcanza su sexta entrega haciendo gala de un espíritu continuista, fruto de un profundo convencimiento del camino a seguir. Dejando a un lado las dos primeras películas marcadas por el sello autoral de Brian DePalma y John Woo, el momento en que J.J. Abrams entra en escena, la franquicia ha ido buscando un tono menos variable y abierto al estilo de cada director para así contruirse una identidad propia algo más marcada dentro de un género tan sobreexplotado como es el de acción.

El camino ha sido progresivo hasta llegar a «Rogue Nation», la quinta entrega estrenada hace 3 años y verdadero punto de inflexión para la saga. Con James Bond en proceso de nueva reinvención del mito y la saga Bourne agotada, es el momento ideal para que las aventuras del agente Ethan Hunt den un paso al frente para enarbolar la bandera del blockbuster de acción clásico hecho a la vieja usanza.

Por encima de todas las cosas, «Fallout» es un ejercicio de continuidad y explotación muy consciente e inteligente de los aciertos de «Rogue Nation». La saga entra de lleno en un periodo de estabilidad, estrenando de nuevo en el mes de Julio, vendiéndose como blockbuster veraniego de los de toda la vida y ofreciendo continuidad a la trama y los personajes secundarios, acercándose a la estructura de serial de manera más clara y directa que nunca. El otro aporte decisivo para la continuidad reside trás la cámara, donde Christopher McQuarrie repite como director por primera vez. La franquicia ha encontrado su director, al menos en esta etapa, continuando el idilio nacido en «Jack Reacher» y confirmándose con su virtuisismo y elegancia a la hora de mover la cámara como el hombre idoneo para convertir en imágenes la visión de Tom Cruise.

No hay duda que la eterna estrella de Hollywood ha vivido épocas mejores, pero si hay un momento en el que despeja las dudas y da al espectador todo lo que tiene es cuando se mete en la piel del agente Ethan Hunt. Él es la película y la saga, algo que sin duda constituye la única nota constante e incontestable desde la primera entrega.

¿Es «Fallout» la mejor entrega de «Misión Imposible» hasta el momento? Pues no sería descabellado afirmarlo sin tenemos en cuenta la naturaleza y el propósito principal del proyecto. Partiendo de una de las premisas argumentales más simples y clásicas (el robo de material nuclear para la construcción de una bomba y posterior recuperación), esta sexta entrega es paradójicamente la más caótica y retorcida hasta la fecha, debido principalmente a ese fundamento canónico hollywoodiense de ofrecer algo cada vez más grande y espectacular, un principio que Cruise parece haber convertido en filosofía vital propia. Es la entrega más larga de la saga y la que contiene más «set pieces» de acción, a cada cual más espectacular y siempre con el compromiso de mostrarlas de la manera más realista posible, reduciendo a lo imprescindible el uso de efectos digitales.

Hay de todo. Combates cuerpo a cuerpo, tiroteos y persecuciones a pie, en moto, en helicóptero, caídas y saltos imposibles marca de la casa (incluida la ya celébre escena en la que Cruise se fracturó el tobillo saltando de un edificio a otro). Todo al servicio de un espectaculo de ritmo ejemplar en el que la adrenalina va creciendo de manera progresiva y dentro de una trama que, como mencionaba, inicia su trama justo después de lo acontecido en «Rogue Nation» y mantiene a aliados y villanos de la anterior aventura, sin renunciar a enriquecer su universo con la incorporación de nuevas y carismáticas presencias. En este caso es turno para Angela Bassett, Vanessa Kirby cubriendo el rol de «femme fatale» que demanda el género de espionaje y un Henry Cavill que, además de portar con clase el bigote más controvertido de la historia del cine reciente, se convierte en uno de los mayores atractivos de la película. Derroche de carisma, presencia y una combinación explosiva de elegancia y brutalidad física.

Aunque pasen los años y en muchos momentos parezca que el agente Hunt esté a punto de pronunciar el famoso «I’m too old for this shit», nada más lejos de la realidad. Si la voracidad y el amor y devoción por su trabajo de Cruise es tanto como sugiere su desempeño, hay «Misión: Imposible» para rato. Ethan Hunt ha vuelto con la convicción y las cosas más claras que nunca, algo que también queda evidenciado en como la película subraya los principios esenciales de su personaje protagonista.

Hunt nunca ha sido el colmo de la profundidad y complejidad como personaje. Más cerca del Capitán América que de Bond o Bourne como representación del héroe puro y sin dobleces, Ethan siempre ha sido definido básicamente por sus principios inquebrantables, ser inasequible al desaliento, la lealtad al equipo, el principio de no matar a menos que sea absolutamente indispensable y el factor romántico, que a la postre es la única aportación a su faceta puramente humana y personal. «Fallout» se guarda su espacio para remarcar dichas señas de identidad en escenas como en la que está implicada una agente de policía o directamente cerrando el círculo, verbalizando la pura esencia del personaje.

Ethan Hunt es probablemente el último héroe de acción, tal y como lo asimilábamos en otra época. El último boy-scout y el héroe que necesitamos y que no tiene derecho a la más mínima distracción, sencillamente porque en el momento en el que él no esté mirando seremos presa del caos.

«Misión: Imposible: Fallout» se estrena en España el 27 de Agosto.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

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