Crítica: «Torrente 5: Operación Eurovegas»

«Segura’s Amiguetes» por Oscar De La Cruz

Ante la quinta entrega de una saga de películas, la primera pregunta suele ser ¿Hay algo nuevo?. Posteriormente a su visionado, la tendencia lógica es juzgar por comparación con el resto de entregas y situarla en el ranking personal de la saga que tenga cada uno.

Observando superficialmente la película en si, es dificil encontrar algo novedoso en «Torrente 5». Todos, absolutamente todos los ingredientes de las anteriores entregas están presentes. La sutíl diferencia es la cantidad de esos ingredientes y la forma de administrarlos. Aquí es donde entramos de lleno en la comparación con las anteriores películas, sobre todo las dos inmediatamente anteriores. Trás la fresca novedad de «Torrente: El Brazo Tonto de la Ley» y la digna secuela «Misión en Marbella» veníamos de «Torrente 3: El Protector» y «Torrente 4: Lethal Crisis» que bajaron bastante el nivel, con lo que esta quinta parte podía recibirse con ciertas precauciones.

Si en algo están de acuerdo tanto los admiradores como los detractores de la saga es que Santiago Segura es un tipo muy inteligente y lo demuestra puliendo errores en esta «Operación Eurovegas». Como digo, no esperéis elementos novedosos, unicamente varían las dosis. Los pedos y eructos están, esta el Fary, está el atleti, pero Segura lo despacha en los diez primeros de metraje, casi por obligación, como tachando elementos de una lista de cosas que está obligado a hacer. En estos diez minutos la sensación era que seguía la tendencia de la tercera y la cuarta. Pero por suerte solo es un espejismo porque transcurrido ese prólogo llega lo que las dos anteriores pelis no tenían: LA TRAMA.

La decisión de hacer una peli de robos le da la vida totalmente. Veníamos de dos secuelas que eran una sucesión de sketches con sobredosis de cameos en un hilillo de trama que no se sostenía y ese era un error gordo que aquí se ha subsanado. El otro gran acierto es la ocurrencia de situar la historia en la distópica (esperemos) España del año 2018 que consigue que el lienzo para exagerar, distorsionar y parodiar la actualidad del país sea ilimitado, resultando ser la entrega más pesimista de toda la saga y constatando que la esencia del personaje encaja perfectamente en cualquier época o situación por la que pase nuestra piel de toro.

La planificación del robo es el verdadero pistoletazo de salida a ese pequeño cambio en la disposición de los elementos que mencionaba. La cantidad de cameos ha bajado considerablemente y están mejor integrados. Solamente uno me ha parecido de vergüenza ajena y sin embargo, uno de los más graciosos y mejor interpretados lo protagoniza un personaje del que nunca lo esperaríamos. El humor físico funciona mejor que en las anteriores entregas y los chistes son de todo tipo: los hay facilones, muy bestias y también los hay particularmente agudos, como todos los relacionados con el mundo del futbol y la versión 5.0 del gag de las pajillas es totalmente delirante.

Segura, por muy delgado que aparezca, tiene más que asimilado el personaje y le sale de manera natural pero el resto del apartado actoral es peliagudo de analizar porque muchos de la cuadrilla de ladrones no son actores. Ni falta que hace, con ver la cara de Cañita Brava ya te ríes (aunque suene a coña, es el personaje que más ha evolucionado en la saga), con Flo te ríes, Bigotes y Dientes no aportan mucho, salvo un fisico que parece sacado de una viñeta de Ibañez, Angy y Anna Simón cumplen, incluso Jesulín no desentona. Paradójicamente el peor parado quizá sea Julián López, un actor con una vís cómica brutal, capaz de robarse enterita la película «No Controles» y que aquí se nota algo desaprovechado. Además le toca soportar la carga del recuerdo de otro intérprete en el mismo personaje. Carlos Areces si aprovecha para comerse la película en cada intervención. Los «Chanantes» son un soplo de aire fresco en la comedia de este país y el cine está sabiendo aprovecharlo. Tampoco puede faltar en «Torrente» sus recurrentes auto-guiños que en esta ocasión están personificados en el regreso de Amparito, una genial y explosiva Neus Asensi.

A todo ello hay que sumar la presencia de Alec Baldwin, del que me esperaba solo eso, su presencia. Nada más lejos. Su papel es constante a lo largo del metraje y el actor hollywoodiense se implica totalmente e incluso se esfuerza por chapurrear el castellano de manera decente en la mayoría de sus lineas de diálogo.

En el apartado técnico si que sigue la tendencia de la saga, a cada entrega mejor. El apartado sonoro es fantástico, al igual que el diseño de producción y la fotografía que nos muestra un Madrid polvoriento, sucio, triste y decadente con el único contraste del Casino. Las escenas de acción, sobre todo la del climax, totalmente impecables en diseño y ejecución al igual que el montaje del film que dota al atraco de un muy buen ritmo tanto en su versión «ideal» como en la real.

Otra de las muestras de inteligencia de Santiago Segura se refleja en un apartado, no puramente cinematográfico pero importantísimo. La promoción del film no ha sido tan brutal como en anteriores entregas y se ha preocupado por blindar la experiencia del espectador mostrando lo mínimo en tráilers o imágenes promocionales. Hacedme caso e ir a verla cuanto antes porque cuanto más tardéis, más posibilidades dais al compañero de la oficina que ya la ha visto para que os cuente todos los gags, estropeando toda la sorpresa.

En el párrafo que dedico a los actores no he nombrado a Fernando Esteso, ni a Mary Carmen, ni a Chus Lampreave. Lo he hecho a propósito porque me gustaría dejar para el final algo que me parece importantísimo. Santiago Segura me termina de ganar del todo cuando homenajea y muestra su respeto, casi reverencial por los grandes cómicos españoles con los que muchos hemos crecido. Me emocionan momentos tan simples como ver a Andrés Pajares y Fernando Esteso brevemente compartiendo pantalla una vez más. Es de ley agradecerle a Santiago Segura ese reiterado homenaje película tras película.

Y que decir de LA ESCENA… Entre medias del humor grueso, los personajes miserables, las drogas, las putas y las pajillas, Segura nos descoloca con el mensaje de que con cariño e imaginación, en el cine todo es posible.

Bravo, amiguete.

 

Material Gráfico: Bowfinger International Pictures