“Descubriendo la verdad” Por Álvaro Santero
Desde el pasado mes de noviembre podemos disfrutar de una nueva entrega de la saga de asesinos emblema de Ubisoft.
Assassins Creed Rogue supone el fin de la franquicia para las consolas de sobremesa de las consolas de la pasada generación PlayStation 3 y Xbox360 (versión analizada).
Abstergo se encuentra en plena expansión de su imperio en el mercado del entretenimiento interactivo doméstico. Pero esto no es más que una tapadera, puesto que durante años su verdadero objetivo ha sido investigar distintas líneas de antepasados con el fin de llevar a cabo la labor Templaría.
La acción nos pondrá en la piel de un trabajador anónimo de Abstergo encargado de investigar los archivos corruptos de la línea de Shay Patrick Cormac, un miembro de la orden de asesinos de origen irlandés, que se ve envuelto en una trama de traiciones al descubrir la verdad de la orden y que posteriormente será traicionado por los miembros de la orden y sus propios amigos.
Rogue nos sitúa en pleno Siglo XVII en América del Norte, la guerra de los 7 años será el arco narrativo que llevará a Cormac a recorrer los diferentes enclaves del territorio norteamericano en su búsqueda por la verdadera realidad sobre la orden de Asesinos y Templarios.
Esta última entrega supone el cierre de la trilogía de la Revolución Norteamericana iniciada en Assassins Creed 3, con Connor, y continuada en Assassins Creed IV: Black Flag, con el pirata Edward Kenway. Al situarse en un periodo temporal cercano a estos, podemos encontrar referencias directas a personajes ya conocidos como Aquiles, Heytham Kenway o Adéwalé.
Como viene siendo habitual, también nos iremos encontrando conforme avanzamos en nuestra aventura, a personalidades históricas que nos ayudaran, o no, a seguir nuestro camino, este es el caso de Benjamín Franklin, para el cual deberemos realizar una serie de misiones y que nos proporcionará una serie de artilugios de los que valernos en nuestro periplo.
La acción principal de la historia nos llevará a recorrer tres escenarios: Atlántico Norte, River Valley y Nueva York. Nos moveremos en barco para viajar entre ellos, esto ha propiciado que las partes de navegación aumenten en esta entrega, resultando en algunas ocasiones algo tediosas y repetitivas.
Jugabilidad.
Assassins Creed Rogue no supone ninguna novedad a nivel jugable respecto a otras entregas de la franquicia. Acciones como parkour, navegación, sigilo, asesinato o combates cuerpo a cuerpo serán nuestro arsenal para completar la aventura.
El desarrollo de la historia es el mismo al que nos tiene acostumbrado la saga, debemos recorrer el mapa encargándonos de realizar una serie de misiones para seguir avanzando en la historia principal. También nos encontraremos con una serie de misiones secundarias, no demasiado variadas, en las que tendremos que asesinar a un objetivo encomendado por la orden o realizar batallas navales para hacernos con el cargamento de algún barco.
La recolección de materiales tomará una gran importancia a lo largo de nuestra aventura. Al igual que lo que ya pudimos ver la anterior entrega, podremos mejorar nuestro barco mediante la inversión de oro y materiales, estos se obtendrán mediante diversas batallas navales que realizaremos contra las embarcaciones mercantes que surcaran los mares de todo el continente americano. Gracias a esto podremos mejorar el Morrigan, nuestro navío, cosa que será prácticamente imprescindible para seguir avanzando en algunas partes de nuestra aventura.
El sistema de combates apenas ha sufrido cambio, la acción puede resolverse utilizando únicamente tres botones: atacar, contraatacar y destruir la defensa del enemigo. Se han introducido algunas mejoras que ya pudimos apreciar en Assassins Creed IV, como es el uso de múltiples pistolas o de bombas de gas o de humo que nos proporcionaran cierta ventaja sobre nuestros enemigos. Pese a esto nos encontramos ante un sistema de combate muy simple y obsoleto que debería ser revisado tomando como ejemplo otros juegos de su género como pudiera ser la saga Batman Arkham.
En Rogue se han desaprovechado elementos primordiales que estaban muy presentes en otras entregas de la saga, es el caso del sigilo. Son pocas las misiones en las que tenemos que andarnos con cuidado para no ser detectados por el enemigo, algo que se echa en falta en este título, aunque en otra serie de actividades como en la caza de animales tendrá mayor importancia, pues tendremos que valernos de nuestro sigilo y astucia para perseguir y dar caza a nuestra presa y obtener materias primas para realizar mejoras en el equipo de Cormac.
El mayor atractivo de Assassins Creed Rogue recae sobre su protagonista, Shay Patrick Cormac, un miembro de la hermandad de Asesinos que, tras descubrir una serie de oscuros secretos relacionados con el objetivo de la orden, decide abandonarles. Es considerado como un traidor por sus antiguos hermanos, por lo que decide unirse a la orden Templaría y combatir contra quienes un día fueron su propia familia. Sin duda Cormac es el mayor peligro y mejor asesino de todos los tiempos, pues no tiene reparos de utilizar todos sus conocimientos para hacer lo que a sus ojos es lo correcto. Lamentablemente a medida que se avanza en la historia, vemos como Cormac es un personaje bastante plano y con falta de carisma, por lo que produce una sensación de que se está desaprovechando su potencial, sobre todo si lo comparamos con personajes como Ezio o Altair.
Debido al rápido desarrollo de esta entrega, para no hacerlo coincidir con la salida al mercado de Assassins Creed Unity, nos encontramos con que presenta multitud de bugs que pueden resultar molestos durante el desarrollo de la historia.
Pero sin duda uno de los puntos que más perjudica a esta entrega es la falta de un modo multijugador que tantas horas de diversión proporcionaba en los títulos anteriores, algo que venía funcionando bastante bien a nivel competitivo en Assassins Creed 3 y Black Flag.
Audio.
Como es habitual en la saga Assassins Creed, llega totalmente localizado al castellano. El doblaje que nos presenta Rogue es bueno, pero no termina de alcanzar las cuotas de calidad de otros títulos de la saga. En ocasiones se producen cierta desincronización del audio mientras los personajes hablan, en este aspecto se nota que el juego debería haber sido pulido mejor antes de su salida al mercado.
La banda sonora acompaña al desarrollo de la acción, con temas bien escogidos para cada momento. Cabe destacar el acompañamiento musical en las batallas navales, que ayudarán a proporcionar momentos épicos a las contiendas marinas.
Gráficos.
El apartado técnico y artístico de Rogue es bastante pobre, si lo comparamos con los ya aparecidos en las anteriores entregas. El motor gráfico apenas ha recibido mejoras, por lo que vamos a seguir viendo los mismos detalles y texturas que las ya vistas a lo largo de la saga.
Los escenarios son variados y rebosan gran belleza, esto es algo a lo que nos tiene acostumbrado el equipo de Ubisoft dado que parte de sus esfuerzos se centran en la documentación de distintos escenarios y edificios representativos de las diferentes épocas en las que se sitúa la aventura. Pese a esto, se muestran escenarios algo vacíos y edificios faltos de detalles, en parte esto es debido a que el desarrollo de este nuevo Assassins Creed ha recaído en un estudio con menos presupuesto que en otros juegos de la saga, notándose la carencia de presupuesto destinado a mejorar y pulir detalles en el apartado gráfico.
Las animaciones faciales y el diseño de personajes son notablemente inferiores que los de su predecesor. Esto se nota de manera notoria si comparamos los personajes que mayor carga soportan en la trama, con otros que aparecen de manera esporádica. Algunos de los modelos se han reciclado de juegos anteriores.
Conclusión.
Assassins Creed Rogue cumple nuevamente con lo que nos tiene acostumbrado la saga emblema de Ubisoft. Aunque la reducción de costes en su producción ha terminado pasándole factura, siendo el más flojo de toda la franquicia.
Pese a ser un título que no incluye apenas novedades respecto a otros títulos de la saga, nos mantendrá enganchados hasta acabar la historia principal, con una duración aproximada de 12 horas, algo corto si lo comparamos con sus predecesores.
Las aventuras de Cormac suponen una buena despedida de las consolas en la que se inició la saga y un buen enlace final con el comienzo de las nuevas andaduras de las ordenes de Asesinos y Templarios en Unity.
Pros.
Extras que alargarán la duración del juego.
Poder tomar por primera vez el control de la orden Templaría.
Referencia a los anteriores Assassins Creed.
Un magistral epilogo tras pasarnos el juego.
Contras.
Multitud de bugs.
No incluir modo multijugador.
Historia principal demasiado corta en comparación con otras entregas.
Falta de novedades importantes respecto a sus predecesores.
Nota.
