Crítica: «True Detective» – Temporada 2 – Episodio 8 (Final de Temporada)

«Omega Station»

Todo llega a su fin y en unos tiempos en que las series televisivas han alcanzado tal nivel de interés global, la manera de finalizar las historias adquiere una importancia extrema. Puedes haber encandilado a la audiencia mundial temporada trás temporada durante años y aun así, siempre queda la sensación de jugarse todo el prestigio ganado a una sola carta. En esta era en la que las opiniones corren como la pólvora vía redes sociales, una grandísima serie puede ser vapuleada sin piedad por causa de un final insatisfactorio. Injusto pero cierto y hay bastantes ejemplos de ello.

En el caso de la segunda temporada de «True Detective» sus detractores tendrán que usar otros defectos (que los tiene) como armas arrojadizas porque poco más puede pedirse a su desenlace. «Omega Station» es un largometraje de casi hora y media repleto de intensidad, tragedia, esperanza, amargura, tensión, amor, violencia, adrenalina y cierto toque de poesía, pero ante todo es un final muy coherente.

Los que nos quejábamos de lo enrevesado de la investigación criminal y la enorme cantidad de personajes implicados apreciaremos la ironía en la sencillez de su resolución. La respuesta es venganza. Una pura y simple venganza, que al estar dirigida contra un personaje de la calaña de Ben Caspere actúa como un implacable efecto mariposa que termina afectando a prácticamente la totalidad del estado de California.

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Poco podrían imaginar los hermanos Osterman que su venganza personal desataría un infierno en la tierra de tales proporciones y con tal cantidad de cadáveres esparcidos por el camino. El caso es que Lenny Osterman, fotógrafo de profesión al que vimos en el tercer episodio en el plató cinematográfico, es el hermano de Laura que presenció junto a ella la brutal ejecución de sus padres en el atraco a la joyería y nuestro misterioso hombre cuervo. Usando como cebo el famoso disco duro que en teoría almacena las imagenes de altos cargos participando en orgías, que al final resulta que está borrado (otra pista que parecía importantísima y ha quedado en nada) organiza un encuentro con el jefe de policía Holloway para acabar con él.

Trás consumar su romance y confesarse mutuamente sus traumas, Velcoro y Bezzerides acuden a la estación para persuadir a Lenny y entregar a Holloway a la justicia pero todo sale rematadamente mal y la situación termina con Holloway y Lenny sumándose a la extensísima lista de fallecidos. El que parece tener un plan mucho más sólido es Frank Semyon que consigue, no sin dificultad, enviar a su esposa a Venezuela para garantizar su seguridad y poder actuar libremente a la hora de atar los últimos cabos sueltos. Esto supone acabar de una vez por todas con Agronov y McCandless, ya que Tony Chessani se encuentra fuera de su alcance al desaparecer después de acabar con su padre el alcalde. Ayudado por Ray, Semyon mata varios pájaros de un tiro al vengarse del mafioso y el empresario y a la vez apropiarse del dinero en efectivo necesario para que Velcoro, Bezzerides, su esposa Jordan y él mismo puedan comenzar una nueva vida en Venezuela.

A partir de ahí, cuando todo parece arreglado, es cuando los dos hombres dirigen sus destinos hacia la tragedia. El odio hacia sí mismo lleva a Ray Velcoro a consumar su camino hacia la autodestrucción. Por voluntad propia decide autoinmolarse, negándose a sí mismo que por una vez en la vida iba a ganar. No es por un error ni fruto del azar ya que trás la emotiva despedida sin palabras con su hijo, tiene lugar la magnífica escena donde piensa durante un periodo de tiempo que parece eterno lo que terminará haciendo. Podría haber cambiado de coche o insistir en intentar arrancar el localizador pero es en ese momento cuando decide que debe morir, que no merece nada bueno que pueda ocurrirle. Un suicidio absurdo e innecesario de un hombre que deja el mundo con la ironía de no conseguir hacer llegar sus últimas palabras a su hijo y sin llegar a conocer a ciencia cierta que realmente es su padre y cuyo desprecio por sí mismo lo incapacitó para percibir que, a pesar de sus defectos, contaba con el amor de su hijo, de Ani, de su ex-mujer y de su padre.

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A Frank sin embargo le mata su propio orgullo. A pesar de odiarse a sí mismo, Semyon nunca contempló la rendición. La inoportuna emboscada de los narcos mexicanos vuelve a mostrar las capacidades de negociación de Frank y sus inacabables recursos. Semyon puede lidiar con cualquier cosa excepto la humillación y prefiere arriesgarlo todo antes que acabar vivo y despojado de su ropa y su dignidad. Herido de muerte, la travesía en el desierto del mafioso es uno de los momentos más poéticos y emocionantes de la serie. Acompañado de las visiones de su padre y los chicos que lo humillaban, Frank avanza con dignidad y sin aceptar la derrota consiguiendo al menos la recompensa de una última visión de su esposa Jordan antes de caer muerto.

Así termina la historia de dos magníficos personajes. Antes de este último episodio la mayor duda era si el final elegido para cada protagonista sería muerte o redención y en ambos casos ha sido la primera, ante todo por ser fieles a ellos mismos.

Con Tony Chessani como nuevo alcalde, el teniente Kevin Burris condecorado y el fiscal Geldof ayudando a inaugurar la famosa linea ferroviaria, solo quedan Jordan, Ani y el hijo de esta, fruto de la noche con Velcoro en el motel, a salvo en Venezuela para aportar la única nota de luz dentro del trágico desenlace. Todas las pruebas de la conspiración quedan en manos de la prensa para acabar con los corruptos y cambiar la frase en la que se basa la temporada «Tenemos el mundo que nos merecemos» por «Merecemos un mundo mejor».

Todo final lleva al momento de hacer balance. «True Detective» en su segunda temporada es una grandísima serie que confirma a Nic Pizzolatto como un auténtico maestro de ese género que huele a derrota, tabaco y alcohol. Por supuesto que tiene sus altibajos, pero también tiene fragmentos, escenas y lineas de guión que rozan la genialidad. Las críticas menos favorables que he leido en su mayoría utilizan como argumento defectos que afloran por comparación con la primera temporada, cosa que aunque no sea del todo justa, es prácticamente inevitable.

Analizándola de manera global, empezó como una serie más convencional que la primera temporada y posteriormente empezó a mostrar ciertos ramalazos filosóficos y psicológicos que luego desaparecieron para desembocar en un final de nuevo más convencional. La mezcla de directores no le ha sentado especialmente bien ya que pueden detectarse ligeros cambios de tono en la narración durante la temporada, mientras que la primera mostraba un desarrollo más homogéneo al estar todos los episodios dirigidos por un único realizador.

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Tampoco puede decirse que haya salido redondo el experimento de los cuatro protagonistas. Colin Farrell y Vince Vaughn salen reforzados gracias a dos magníficas interpretaciones encarnando a dos personajes primorosamente escritos y lo que es más importante, que realmente interactúan. Si algo fascinó de la primera temporada hasta el punto de dejar en segundo plano la investigación del caso, fue sin duda la relación que se establecía entre los dos protagonistas y aquí se ha optado por retratarlos prácticamente por separado. De ahí que Velcoro haya sido el personaje más completo gracias a su perfecta descripción en solitario, su intensa relación con Frank, su romance con Ani y su actitud protectora, casi paternal hacia el fragil Woodrugh.

El elenco empieza a flojear algo más con el personaje interpretado por Rachel McAdams que prometía mucho pero se ha ido diluyendo, precisamente por su independencia y su falta de interacción con Woodrugh y no digamos con Frank, al que conoce en el último episodio. En cuanto al personaje de Taylor Kitsch, la serie hubiese sido prácticamente igual sin Paul Woodrugh. Su personaje puede considerarse un interesante añadido al desfile de personajes seriamente dañados que tanto le gusta retratar a Pizzolatto.

Sea como sea, también sería justo recordar que la primera temporada tuvo sus defectos aunque se hayan ido minimizando y diluyendo con el tiempo. Es cierto que un personaje como Rust Cohle, interpretado por un Matthew McConaughey en estado de gracia es absolutamente irrepetible, pero si hacemos memoria su desenlace disgustó seriamente a muchos seguidores por su inesperado optimismo. En esta ocasión Pizzolatto ha elegido la tragedia por encima de la redención y, no se a vosotros, pero a mí me encantaría ver más de este magnífico guionista y más de «True Detective». Si hay tercera temporada aquí estaremos para disfrutarla y comentarla y será un enorme placer hacerlo en vuestra compañía, como siempre.

Puedes ver «True Detective» Temporada 2 en Canal + Series y Yomvi.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

4 comentarios en “Crítica: «True Detective» – Temporada 2 – Episodio 8 (Final de Temporada)

  1. Frank por orgullo?Sólo por despojarse de sus ropas?No sería por los 3,5 millones en diamantes que llevaba en esas ropas??

    1. Por supuesto, pero su reacción me parece más visceral que meditada. Un arrebato de rabia rebelándose ante la humillación y la falta de respeto antes que un intento desesperado por proteger los diamantes.
      A lo mejor me equivoco pero esa explicación me parece más coherente con el caracter del personaje y más «poética».

  2. A mi Vince Vaughn me convencio llegando al final de la temporada, al contrario que McAddams que al principio me gusto y luego se fue diluyendo.

    Coincido en lo de Frank Semyon, creo que a lo largo de la temporada quedo demostrado lo orgulloso que era y lo que significaba la dignidad y el «status» para el. Por eso, antes despojarse de su «suit» preferia que pase lo que tenga que pasar.

    Una lastima haber descubierto la pagina recien ahora, una vez terminada la temporada.

    En fin (aunque no haya alcanzado el nivel de la T1), la apruebo completamente a la T2.
    Ojala Pizzolato siga creando y tengamos una tercera temporada.

    1. Todo apunta a que HBO está dispuesta a una tercera temporada. Ahora solo queda que Pizzolatto acepte y afronte el proyecto con algo menos de la extraordinaria presión a la que le ha estado sometido por el exagerado éxito de la primera temporada, que seguramente ha sido una dificultad añadida.
      Bienvenido a la página, nunca es tarde!! 😉

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