“El dilema del héroe americano”
Ang Lee ha demostrado a lo largo de su filmografía una mezcla perfecta de exquisitez técnica como compositor de imágenes unida a una elegante sensibilidad a la hora de relatar historias. Un sello personal y reconocible que convierten al director taiwanés en uno de esos cineastas que te arrastran a la sala sea cual sea la naturaleza de cada nuevo proyecto.
Basada en la novela de Ben Fountain, “Billy Lynn” narra casi a tiempo a real la jornada de homenaje y reconocimiento por parte del pueblo norteamericano a un pelotón de héroes de guerra recién llegados de Irak. El largo paseo “triunfal” del escuadrón Bravo durante el descanso de un partido de futbol americano acabará convirtiéndose para el soldado de 19 años Billy Lynn en una encrucijada que cuestionará los principios de todo lo que le rodea y lo colocará ante la importantísima decisión de elegir su lugar en el mundo.
El primer triunfo de Lee a la hora de plasmar el proyecto en imágenes es sobreponerse a las no pocas limitaciones que plantea la propia estructura narrativa de la novela a base de ritmo, un montaje muy dinámico y un magnífico uso del flashback, siempre oportuno y que funciona a las mil maravillas para ilustrar el dilema central al que se enfrenta su protagonista.
Técnicamente impecable, Lee centra todos sus esfuerzos en introducir al espectador en la mente del soldado Lynn, convirtiendo la película en un artefacto que aturde y confunde en el preciso momento que debe hacerlo. Tanto en el clímax bélico como durante el punto culminante del número musical en el descanso del partido, Lee ofrece lo mejor de sí mismo a la hora de transmitir emociones, en contraposición a los momentos más intimistas donde el film pierde gran parte de su fuerza. Algo paradójico teniendo en cuenta que dichos momentos suelen ser una de las especialidades del realizador y donde suele mostrar al máximo sus virtudes.
Una vez acoplado a la perfección a las limitaciones de tiempo y espacio, “Billy Lynn” compone su mensaje a partir de los personajes. El debutante Joe Alwyn se revela como una perfecta elección de casting a la hora de transmitir inocencia, pureza y confusión, convertido en el centro de un universo en el que orbitan todos los elementos que influirán en su vital decisión. Kristen Stewart aprovecha sus breves pero decisivos minutos en pantalla (sin su personaje no hay película) para demostrar una vez más que es mucho mejor actriz de lo que aparenta, destacando por encima del resto junto al trabajo de Garrett Hedlund y Vin Diesel, que actúan como figura paterna y sorprendente figura materna respectivamente.
Amor, familia y hogar son los temas centrales de la película y los conceptos que se agolpan en la mente del joven soldado frente a una sociedad norteamericana hipócrita y mercantilista hasta la nausea, que puede resultar más hostil y peligrosa que el más salvaje de los terrorios del planeta, representada por dos histriones demasiado atados en corto como Steve Martin y Chris Tucker. La reducción del héroe americano a simple icono despersonalizado, utilizable y vendible al antojo de una sociedad en la que todo puede venderse es el centro de la vocación crítica de la historia.
Fiel a su estilo, Lee hace gala de su sentido de la elegancia y la sutileza, no cargando demasiado las tintas y dejando que el mensaje crítico llegue por si solo a través de la propia historia pero, a pesar de que logra su objetivo sin problemas, es inevitable imaginar este potente material en manos de un director mucho más beligerante. Probablemente estaríamos hablando de una crítica mucho más demoledora contra la maquinaria trituradora, mercantilista y deshumanizada de la sociedad capitalista en la que vivimos si el proyecto hubiese pasado por las manos de un Oliver Stone en buena forma, por poner un ejemplo.
Con todo ello, un film algo menor dentro de la filmografía de un maestro como es “Billy Lynn” contiene los ingredientes suficientes para colocarse muy por encima de la mayoría de propuestas de la cartelera actual y ofrecer una experiencia cinematográfica realmente interesante y satisfactoria.
“Billy Lynn” se estrena en España el 27 de Enero.
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