Crítica: “Géminis”

Casi, pero todavía no

Totalmente asentada en Hollywood, la de Ang Lee es una de esas carreras cuyo punto álgido seguramente se puede ubicar varios años en el pasado, pero que no dejan de generar interés y admiración.

Principalmente porque, además de un estilo visual perfectamente reconocible y muy comprometido con la belleza, el realizador de origen taiwanés se ha mostrado dispuesto a experimentar con los medios técnicos más innovadores y explorar sus límites estéticos de una manera llamativamente elegante y siempre al servicio de la narración.

El otro aspecto destacado de su filmografía es el atrevimiento a la hora de abordar con garantías cualquier tipo de género, que hace que en ocasiones podamos percibirlo como un autor con alma de artesano. De esta manera, no sorprende que trás la minoritaria y muy reivindicable «Billy Lynn», su nuevo proyecto sea un vehículo de acción y espectáculo al servicio de Will Smith.

«Gemini Man» es un proyecto iniciado por Disney en la década de los 90 al que estuvieron vinculados nombres como los de Curtis Hanson o Tony Scott, que no terminó de cristalizar por no existir en aquel entonces los medios tecnológicos necesarios para mostrar en pantalla de manera creíble a un actor adulto interactuando con una versión adolescente de sí mismo. Paradójicamente Disney, que se ha terminado revelando como principal pionera en el uso de dicho software «rejuvenecedor» en la época actual, tiene que ver ahora como su proyecto abandonado se retoma lejos de sus dominios.

A grandes rasgos, la película como tal es exactamente lo que parece que va a ser. Una historia con elementos del género de espías bastante previsible, plagada de personajes arquetípicos y cuya estructura argumental se apoya en una persecución implacable alrededor de medio mundo salpicada por tres espectaculares set-pieces de acción al más puro estilo James Bond.

Lo que hubiera sido una apuesta segura no hace muchos años, en los que Will Smith encabezaba el ranking de estrellas taquilleras de Hollywood, es el envoltorio con el que Ang Lee pone a funcionar su laboratorio, experimentando por segunda vez trás «Billy Lynn» con la filmación en 4K a 120 fotogramas por segundo y consiguiendo una fluidez realmente espectacular en las escenas de acción, mientras que su uso del 3D sirve de nuevo para subrayar mediante efectos de profundidad su especial cuidado por la belleza del encuadre.

En cuanto al gancho de la película, vivimos en una época en la que la evolución de los efectos digitales ha alcanzado cotas tan altas como el nivel de sofisticación de nuestro ojo para asimilar como creíble lo que vemos en pantalla. Tanto «Géminis» como la serie de Netflix «Love + Death + Robots» nos enseñan que queda verdaderamente muy poco para la representación creíble al cien por cien de un ser humano generado por ordenador. De hecho ambas lo logran por momentos pero no pueden evitar ciertos movimientos o microgestos con cierto aroma a animática de videojuego.

En ese aspecto «Géminis» es un paso más, admirable y espectacular pero no perfecto. Casi, pero todavía no.

«Géminis» se estrena en España el próximo 11 de Octubre.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

Un comentario en “Crítica: “Géminis”

Deja un comentario