Crítica: “T2: Trainspotting”

“Nostalgia en vena”

El matrimonio entre la falta de ideas y el actual conservadurismo y pánico al riesgo reinantes en Hollywood ha dado como fruto una nueva modalidad de producto cinematográfico.

Vivimos en la época de la secuela nostálgica, un híbrido entre el remake y la secuela propiamente dicha, que intenta apostar sobre seguro y alcanzar resultados apelando al corazoncito y los recuerdos más memorables de la masa cinéfila. Revisitar los clásicos no es algo precisamente nuevo y es una táctica que convive de manera permanente con el riesgo de dejar un poso agridulce en los admiradores de la obra original.

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La sensación final depende en gran medida de la actitud que adopten, tanto los artífices de la obra como el espectador. La posición más inteligente es ser plenamente consciente por ambas partes de que el impacto y las sensaciones producidas en el pasado son algo prácticamente imposible de replicar. Si no hay ganas de riesgo o actitud para reinventar (sobre todo en el caso de clásicos realmente potentes) al menos recurre al recuerdo, al puro homenaje, porque ejecutado con talento funciona.

En esta modalidad en la que tenemos como ejemplo reciente la última entrega de “Star Wars”, se circunscribe el regreso de Danny Boyle al microuniverso creado en su obra más reconocida.

T2 TRAINSPOTTING

Melancólica y amarga como no podía ser de otra manera, “T2: Trainspotting” funciona en la mayoría de niveles a los que debe funcionar. Muestra una evolución lógica y coherente del cuarteto protagonista veinte años después (especialmente interesante y compleja la del personaje interpretado por Ewen Bremmer), partiendo de un enorme cariño hacia los personajes y los estupendos actores que los representan, lo que consigue convertir en verdaderamente entrañable a este grupo de seres humanos altamente defectuoso.

La evolución de Boyle como director también es palpable y el recital de recursos estilísticos y visuales utilizados (más abundantes si cabe que en la primera entrega), unido a las nuevas tecnologías y su condición de gran producción, hacen que la secuela luzca una atmósfera mucho menos “sucia”. El cine, el mundo e incluso el peor WC de Escocia se han transformado en algo mucho menos repelente, más aseptico, signo de los tiempos.

Todo lo que en la prímera película tenía aspecto de crudo, transgresor e impactante se diluye hasta casi desaparecer, al igual que la carcasa que la convirtió en una película realmente interesante. “Trainspotting” ante todo retrataba desde todos sus ángulos la drogadicción sin emitir juicios de valor y probablemente de la manera más rotunda, directa e interesante que jamás se ha mostrado en una pantalla.

T2: TRAINSPOTTING

Desprovista de su principal pilar temático y su propia razón de ser, la secuela deja al descubierto sus imperfecciones, algunas de las cuales estaban ya presentes en la cinta original. Lo que daba cohesión es sustituido por una trama más sosa y convencional, algo caótica y atropellada que evidencia su irregular estructura. Al igual que su precedesora, “T2” se construye a partir de momentos. Algo así como sketches o capítulos independientes que funcionan a las mil maravillas de manera individual (el cambio horario como causa de la desgraciada vida de Spud, la escena del robo a los protestantes fanáticos o la actualización 2.0 del discurso “Choose Life”) que quedan muy por encima de la sensación global del film.

T2 TRAINSPOTTING

A pesar de todo, Boyle adopta una postura inteligente a la hora de tomarse el proyecto como una reunión de antiguos alumnos para compartir con los fans que catalputaron “Trainspotting” al olimpo de los films de culto y consigue una comedia negra vibrante, muy entretenida y un pelín obsesionada en no dejarse ni un solo elemento destacado de la primera entrega sin homenajear. Nostalgia en vena para el fan y una mirada melancólica hacia tiempos pasados que, aún marcados por la miseria y podredumbre humanas siempre fueron mejores.

“T2: Trainspotting” se estrena en España el 24 de Febrero.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

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