Crítica: «Guardianes de la Galaxia Vol. 2»

«La familia como epicentro del universo»

Sin las limitaciones y la presión añadida que supone el peso en el imaginario popular a lo largo de décadas de iconos como Spider-man, Iron Man, Hulk o Thor, «Guardianes de la Galaxia» supo sobreponerse al handicap que a priori supone la adaptación de un comic prácticamente desconocido para el gran público y lo convirtió en un pequeño oasis de libertad creativa en el que James Gunn se movió a sus anchas, convirtiendo el film en la propuesta más refrescante de Marvel hasta el momento y, trás su únanime y entusiasta recibimiento, en el faro que marcaría el rumbo a seguir para su megafranquicia cinematográfica.

Es obvio que el impacto de la novedad y la mencionada frescura suele ser prácticamente imposible de replicar por segunda vez y mucho más en la era del «dales más de lo mismo pero más grande», pero aunque «Guardianes de la Galaxia Vol. 2» no saldría vencedora en el duelo comparativo con la primera entrega puede decirse que está planteada como una secuela bastante inteligente.

En primer lugar porque conoce bien sus limitaciones y mucho mejor sus virtudes (que explota sin rubor y hasta las últimas consecuencias)  y lo más importante: sus ambiciones no van más allá del divertimento puro y duro. Lo único que «Guardianes de la Galaxia» pretende ser es Rock n’roll y lo consigue con una facilidad pasmosa.

Pocos fans de los comics de Marvel podían pronosticar que el mayor de sus temores trás la compra por parte de la casa de Mickey Mouse acabaría convirtiéndose en la vía más rápida hacia la masiva aceptación, porque «Guardianes de la Galaxia» es sin duda la película más «Disney» de Marvel. Es cierto que el toque personal y los añadidos por parte de James Gunn son el ingrediente decisivo para terminar de darle personalidad propia al proyecto, pero es obvio (incluso de manera más descarada en este Volumen 2) que la carcasa principal continúa siendo la fórmula Disney de toda la vida. Gunn aporta el toque macarra, las referencias y el espíritu del cine de aventuras de los 80 pero todo lo demás se reduce a alcanzar con precisión la perfecta mezcla entre comedia, aventura, acción y espectáculo para todos los públicos.

En «Guardianes de la Galaxia Vol. 2» la mezcla queda ligeramente descompensada respecto a la primera entrega. En esta ocasión baja varios enteros el nivel de épica y crece de manera considerable el factor cómico y si a la primera entrega se la podía acusar de ser demasiado canónica dentro de su género en cuestiones de guión, de «Vol. 2» se puede decir perfectamente que es en el aspecto que más flojea. Y eso que a diferencia del resto de películas del estudio la trama no viene acompañada de la obligación de conectar con el resto del Universo Marvel y disfruta de total libertad para volar sola a nivel argumental. Lo mejor de todo es que uno empieza a ser consciente de ello horas o incluso días después de salir de la sala con una sonrisa de oreja a oreja y habérselo pasado bomba, sobre todo porque la secuela sigue plantando ambos pies en el más sólido de los cimientos: la dinámica entre unos personajes de los que es imposible no enamorarse.

Más caótica a nivel narrativo que su predecesora a pesar de contar una trama extremadamente simple, la película arriesga bastante con la decisión de separar a los protagonistas en dos grupos durante buena parte del metraje. Dicha decisión hace avanzar el film mediante dos tramas paralelas, una más intimista y relajada con el espectacular planeta Ego como escenario donde el apabullante diseño de producción y los efectos digitales se apoderan de la pantalla, dando lugar a una embriagadora, colorista y extravagante experiencia visual. La otra revela muy a las claras que «Piratas del Caribe» ha sido siempre una referencia a la hora de perfilar el espíritu aventurero de «Guardianes» porque prácticamente es una película de corsarios ambientada en el espacio.

Ambas avanzan por medio del gag continuo y la comedia como motor principal, salpicados por un sinfín de referencias culturales de los ochenta, las espectaculares y obligadas persecuciones y batallas espaciales y el acompañamiento de una selección musical quizá algo menos «Awesome» que la de la primera entrega (cuestión de gustos) pero igualmente deliciosa hacia un original climax final al que el personaje más inesperado aporta un sorprendente nivel extra de emotividad. Todo ello amplificando su estética pop a través de un auténtico festival cromático y con el mismo mensaje de su predecesora, enviado esta vez de manera más explícita, casi por megafonía: La familia es lo más importante, por muy disfuncional que esta sea.

Puede que se le noten más las costuras y sea menos redonda que la primera pero no hay porque preocuparse. Esa fantástica mezcla entre Han Solo y Jack Sparrow llamada Star-Lord que Chris Pratt ha hecho completamente suyo sigue siendo uno de los personajes más memorables del género en los últimos tiempos, Gamora continúa aportando ese necesario punto de seriedad y cordura dentro del grupo además del imprescindible interés romántico, Drax forma un duo cómico espectacular y sorprendente con la cándida Mantis, Rocket mantiene intacta su actitud de macarra entrañable, Kurt Russel y el cameo de Stallone son la guinda perfecta del aroma nostalgico ochentero que desprende todo el metraje, Yondu directamente es la caña y Baby Groot es diez veces más adorable que su versión adulta.

Será muy difícil que algún film desbanque a este volumen 2 como la experiencia cinematográfica más divertida del año desde el primer minuto hasta la última de sus (¡Cinco!) escenas post-créditos. Larga vida a los Guardianes. Disfrutadla.

«Guardianes de la Galaxia Vol. 2» es estrena en España el próximo 28 de abril.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

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