Apoteosis
“Ni él mismo podía imaginar la intensidad de las emociones que viviría esa noche”. Así podría comenzar el relato del pasado Jueves para quien os escribe. Un día que comenzó como muchos otros (realmente temprano), en el que afrontaba ocho horas de intenso trabajo sumados al cansancio acumulado de la semana con la mirada y la ilusión puestas en dos eventos que de manera casual coincidían en esa misma noche.
41 años, enamorado del cine desde que tengo uso de razón, especialmente apasionado de la fantasía y la ciencia ficción con una infancia marcada por “Star Wars” y los tebeos de superhéroes y además, aficionado del Atlético de Madrid. Estos son algunos apuntes de mi perfil. Imaginad que noche…
Esto es una web sobre cine y parecerá que no tiene mucho que ver, pero no pude evitar observar los paralelismos entre ambos acontecimientos confluyendo en el mismo lapso de tiempo, como si el destino o los astros se hubiesen puesto de acuerdo para ilustrar de una manera realmente bella eso tan intangible e inexplicable, casi mágico, que hace al concepto “Afición” dar un pasito más y convertirse en “Pasión”.
Bajo una fría mirada analítica, hay tan poca excelencia cinematográfica en “Vengadores: Infinity War” como futbolística por parte del Atlético en el partido de ida de las semifinales de Europa League contra el Arsenal, más bien todo lo contrario, pero en ambos casos se acaba imponiendo la épica y el aspecto emocional por encima de todo, arrasando cualquier tipo de lógica y razón.
“Infinity War” no es una película. Es, por encima de todas las cosas, un mastodóntico clímax de casi tres horas de duración. Ni siquiera es un epílogo, ya que está incompleto y culminará el próximo año, por lo que quien se acerque a la sala sin haber visto el resto de películas entenderá más bien poco y lo que es peor, no sentirá absolutamente nada. El film de los hermanos Russo debe ser observado en todo momento, más como el episodio final de temporada de una serie televisiva que como un largometraje en sí, algo que los directores entienden y ejecutan a la perfección.
Desde el minuto uno del prólogo queda patente su entidad como colofón de un proyecto comunal de diez años de duración, haciendo confluir todos los caminos abiertos en uno solo por medio de una estructura de subtramas que cobran sentido gracias a que se han ido iniciando y desarrollando en cada uno de los films anteriores de la mega-franquicia. Lo que a simple vista parece un caótico puzzle unido a base de retales mantiene su coherencia interna y alcanza el gran logro de cerrar el círculo y mantener la esencia de todos y cada uno de sus personajes y de la inimitable y deliciosa dinámica entre ellos. De esta manera la interacción entre Thor y los Guardianes de la Galaxia de desarrolla de manera fluida gracias al acercamiento en forma y tono visto en “Thor: Ragnarok”, la relación casi paterno-filial entre Tony Stark y Peter Parker iniciada en “Civil War” y desarrollada en “Homecoming” continúa evolucionando de una manera exquisita, de la misma manera en que Wakanda se ha ido integrando como parte importante del relato de manera progresiva, también a través de dos películas.
Al triunfo que sin duda supone el llevar a buen puerto la faraónica labor de integrar y dar voz a esa gigantesca lista de elementos (respetando siempre los galones en cuanto a importancia), “Infinity War” aporta el plus de los nuevos y esperadísimos encuentros (presididos por la ultra-carismática unión Downey Jr./Cumberbatch y culminados a dos bandas en los escenarios de Wakanda y el planeta Titán) de la misma manera en la que se reserva algunos de los más emotivos para el episodio final.
Funcionando por pura acumulación, Marvel encaja sus numerosas piezas y hace avanzar a su mastodonte sin olvidarse de una metódica aplicación de su propia fórmula. Al acostumbrado acierto en la mezcla de efectos especiales, acción espectacular y comedia, se une la abundancia de momentos emocionantes, muchas sorpresas y agradecidísimos cameos (uno de ellos especialmente potente e inesperado), intensificados por el aroma a apoteosis y final de ciclo y el gran as que se guarda bajo la manga: Thanos.
Si todo lo descrito anteriormente puede resumirse en una versión amplificada de lo que supuso en su momento “Los Vengadores” o “Civil War” para la franquicia, “Infinity War” se permite quitarse la espinita y ofrecer lo que hasta ahora había sido su aspecto históricamente más débil. Sin ser el súmmum del trabajo de construcción de un personaje, la película ofrece al fin un villano de verdadera entidad, otorgando al Titán Loco el suficiente transfondo y motivaciones para convertirlo en memorable. La poderosa presencia del personaje gracias a su diseño y la estupenda fusión entre la interpretación de Josh Brolin y el trabajo de CGI consiguen generar la sensación de amenaza realmente definitiva e indestructible que resulta decisiva para que el film funcione como la monumental tragedia griega que pretende ser. No solo es que funcione como pegamento para sostener toda la trama sino que su arco argumental y emocional es lo único que evidenciaría que “Infinity War” posee algo parecido a un guión si nos empeñásemos en verla como una historia autoconclusiva y no una secuela de 18 películas.
Al igual que el Atlético ha sido capaz de jugar partidos mucho mejores, seguramente hay mejores películas de superhéroes, tanto dentro como fuera del universo Marvel, pero las sensaciones que deja “Infinity War” van más allá del ámbito artístico al que pertenece. Mejor dejar de lado la mente y disfrutar con el corazón de este gigantesco orgasmo colectivo para todo tipo de fan, los que nos enamoramos para siempre de estos personajes a través de las páginas impresas y también los más jóvenes que han sido conquistados igualmente por su nuevo formato. En otros tiempos en los que los tebeos no costaban millones de dólares y no se proyectaban en pantalla grande, este sería uno de los ejemplares que atesoraríamos con más cariño, preservando con mimo cada una de sus páginas para que no se deterioren y al que sin duda querríamos regresar una y otra vez para rememorar lo mucho que nos ha hecho reir, llorar, sobrecogernos y aplaudir de pura euforia y emoción.
Sencillamente apoteósico.
“Vengadores: Infinity War” se estrena en España el 27 de Abril.
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