Crítica: “The Umbrella Academy” – Temporada 1

Caos controlado

El cómic como fuente de inspiración para la pequeña y gran pantalla continúa siendo uno de los inagotables filones de ideas a explotar y un claro ejemplo de los múltiples enfoques con los que se puede afrontar la adaptación de un material existente a un medio completamente diferente.

Se puede optar por trasladar casi de manera milimétrica las viñetas a la pantalla como hizo Robert Rodriguez en “Sin City”, adaptar el mito de Batman a un entorno realista al estilo de Christopher Nolan o sencillamente tomar idéas y premisas generales para crear algo completamente nuevo, como puede ser el caso de “Preacher” o “The Umbrella Academy”.

La serie de Netflix que adapta el cómic de superhéroes galardonado con el premio Eisner creado por Gerard Way, vocalista y líder de la banda “My Chemical Romance”, y dibujado por el brasileño Gabriel Bá se caracteriza principalmente por ser muy consciente de lo que es, con el riesgo de traicionar buena parte de la esencia de la fuente original. Algo que no tiene que ser necesariamente malo, sino todo lo contrario aplicando la necesaria amplitud de miras.

La versión televisiva de “The Unbrella Academy” no pretende en ningún momento mostrarse como un cómic en movimiento como si lo hace “Polar”, otra de las últimas adaptaciones de la viñeta a la pantalla por parte de Netflix, presentando una apariencia bastante más aterrizada en un mundo real. La estética excesiva y los elementos steampunk tan esenciales y característicos del cómic han desaparecido casi por completo en pos de crear un personalidad visual propia, así como la violencia extrema de las páginas impresas se representan convenientemente suavizadas. La narración también se ha alterado de manera considerable y, a pesar de contar más o menos lo mismo, es extremadamente hábil jugando con la líneas temporales y aportando muchísimas novedades y matices a la historia. Juega muy a su favor el recurso de los viajes en el tiempo, que permite a la serie administrar la información a su antojo, adelantando o reservándose acontecimientos tanto de “Suite Apocalíptica” como de “Dallas”, aunque esta primera temporada adapta esencialmente la primera de las dos series limitadas publicadas al completo hasta el momento.

Si el cómic es una deliciosa y caótica gamberrada con el “todo vale” por bandera, la serie se aferra a su propio medio de expresión estructurándose de una manera algo más “accesible” y limpia, pero siempre con la intención de sumar y enriquecer el universo que propone la obra original en lugar de reducirlo o simplificarlo. La enorme humanidad de los personajes que aflora en las páginas del cómic de manera puntual y sorprendente por encima de su macarrismo es la base fundamental de una serie que se toma su tiempo en desarrollar de manera precisa a sus personajes principales, crea otros nuevos igualmente bien definidos y toma a alguno de los secundarios más sencillos y prácticamente anecdóticos del tebeo y los dota de un complejo transfondo, como es el caso de los sicarios Hazel y Cha-Cha que acaban protagonizando su propia y compleja subtrama.

Como es lógico, no todo son ventajas y aciertos en lo que respecta a la mudanza de formato. “The Umbrella Academy” es un producto de su tiempo y como tal, se ve obligada a lidiar con peajes inherentes tales como cierta caída del ritmo narrativo en su tramo central (en contraste con un episodio piloto estupendo que engancha al momento y un clímax intenso, espectacular, sorprendente y conmovedor), seguramente por cuestiones de ajuste al estandar de diez episodios de cincuenta minutos de duración o la obligación de acomodar el elenco de personajes a la diversidad multiétnica y de identidad sexual que impone la sociedad en que vivimos a cualquier tipo de producto cultural actual. Cuestiones que sin duda son palpables pero que no afectan en demasía a un conjunto de lo más satisfactoria.

Probablemente el gran acierto de la serie sea que, sin inventar nada realmente nuevo en su visión y disección de la figura del superhéroe y tomando como principales referentes iconos del género tan canónicos y explorados hasta la saciedad como “X-Men”, “Watchmen” o “Los Increibles”, consigue mantenter intacta su capacidad para resultar fresca y original. Principalmente porque sus personajes desprenden humanidad por los cuatro costados y los diversos conflictos emocionales de cada uno de ellos siempre están por encima de la cualquier tipo de espectáculo vacío. Al final de todo, queda la historia de un grupo de jóvenes perdidos y completamente desorientados, marcados por su condición diferente, la responsabilidad impuesta y no elegida y una educación tan ferrea como cuestionable. Al fin y al cabo, esa época de la vida en la que lo que toca es crecer, volar solo y encontrar una ubicación en el mundo cuando la brújula que marcaba el camino desaparece.

De la misma manera en que el elenco de actores contribuye de manera decisiva a reforzar unos personajes extraordinariamente construidos, destacando de manera especial la siempre fiable Ellen Page y un Robert Sheehan arrollador que se come la pantalla, el nivel técnico de la producción es excelente. Se nota que Netflix apuesta seriamente por la serie y no ha escatimado para manufacturar un producto televisivo muy cinematográfico, cuidadísimo a nivel de dirección, fotografía, efectos especiales pulidos y muy bien integrados y sobre todo un maravilloso trabajo de montaje y una cuidadísima selección musical que completan una experiencia audiovisual de lo más satisfactorio.

Dentro de la sobrecargada oferta de series televisivas, “The Umbrella Academy” se destaca como un excelente divertimento no exento de profundidad y una demostración evidente de que partiendo de la misma idea, se pueden desarrollar dos obras estupendas cada una en su medio, diferentes y aún así perfectamente complementarias y disfrutables.

“The Umbrella Academy” se estrena en Netlix el 15 de Febrero.

@reyesdelmando Los Reyes del Mando
@Oscar_DLC Oscar De La Cruz

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