“Untimely Resurrection”
Este domingo hemos podido ver el quinto capítulo de esta temporada en castellano “Resurrección Prematura”, en Canal+ Series.
A partir de ahora cuidado para los que no hayáis visto el episodio ya que la review contendrá spoilers.
No sólo los fantasmas del pasado se dan cita en este quinto capítulo, parece que los de un presente e inmediato futuro van tomando forma en la figura del conde de Saint Germain, esto hace que una vez más la tensión sea la nota predominante del capítulo. Si la semana pasada acabábamos enfrascados en las acusaciones vertidas sobre los Fraser y la responsabilidad de estos en la violación de Mary. El comienzo de este, muestra los estragos de la batalla en que se convirtió la cena y que dio como resultado, y debido al aviso del conde, el arresto de varios integrantes de la misma por el malentendido por el cual los nobles habían entendido que Alex Randall había violado a la joven Mary Hawkins y la defensa de Jamie.
A la mañana siguiente Jamie regresa a casa encontrándose a una desvelada, aunque igualmente radiante Claire, junto al cada vez más querido Fergus, esperando noticias de su paradero. Jamie relata los acontecimientos acaecidos en prisión y como la pronta intervención de Duverney consigue liberarles. Parece que la amistad con el Ministro es bastante sólida. Por contra el pequeño Randall no corre la misma suerte puesto que el tío de Mary le ha acusado afirmando haber presenciado la violación, sólo la declaración de Mary puede liberarle, puesto que una vez más Sandringham fiel a sus propios intereses, parece poco dispuesto en ayudar a su ya ex-secretario por temor al escándalo y manchar su nombre. Jamie aunque conocedor de la verdad, se muestra bastante reticente de ayudar al hermano de Jack el Negro. Lo que la joven pareja no tiene claro todavía, es como estará Carlos habiéndose marchado con Saint Germain. Jamie confiesa que el apodo de “la Dame Blanche” lo dio a conocer él mismo en el burdel para rechazar los ofrecimientos carnales de las jóvenes sin parecer descortés. Que este apodo lo conocieran los atacantes hace estrechar el cerco sobre los mismos, y la esperanza de que su descubrimiento haga culpable a Saint Germain.
Dicha teoría ha sido trasladada a Murtahg en la siguiente escena, quien investigando parece haber encontrado a unos asiduos clientes de “Maison D’elise” pertenecientes a la banda de los discípulos (aristócratas que merodean las calles en busca de doncellas). Jamie insta a Murtagh a utilizar la rabia que tiene por no haber podido defender a Claire para buscar la conexión de estos con Saint Germain.
Claire va a visitar a Mary, que está confinada en la casa de su tío por vergüenza. La joven todavía convaleciente y con algunas magulladuras se encuentra elaborando un escrito con los detalles del ataque y confirmando que Alex Randall no tuvo nada que ver en con el mismo. El cariño que le procesa parece lo único que alivia y hace olvidar la vergüenza sufrida. Dicha agresión trae consigo la disolución del matrimonio con el viejo vizconde, y que Mary sea libre para casarse con Alex, pero ahora Claire se plantea que pasará con Frank si esto sucede, ¿acaso esto puede alterar el destino de su marido inglés? Con la carta en su poder, de nuevo se encuentra ante la disyuntiva de alterar los acontecimientos presentes en favor a los futuros, esto significa hacer el bien futuro en oposición a un bien cercano pero del que en este momento se siente más ligado.
Carlos visita a Jamie para darle buenas noticias, ha conseguido 10.000 libras esterlinas para la causa, pero el benefactor no es ningún noble inglés, sino el conde de Saint Germain, de nuevo el noble francés se muestra como un enemigo bastante más serio, que desbaratar el apoyo de Sandringham. A través de un acuerdo comercial, el principie utilizará parte de los recursos para desplegar un cargamento de vino y con dichos beneficios dar el golpe económico definitivo para poner a su padre Jacobita como rey de Inglaterra, ya que entiende, que esa muestra de poder decantaría definitivamente el apoyo de Sandringham a favor de la lucha. Jamie intenta disuadir a Carlos de dicha alianza con el conde argumentando los rituales paganos y artes oscuras de los que se rumorea es partícipe. Sin éxito alguno, no le queda otra que aceptar la propuesta del príncipe para ser el encargado de vender y distribuir el vino, quizás desde dentro sea posible poder desbaratar el acuerdo o intervenir para que el mismo no fructifique, aunque para ello Jamie y el conde tendrán que ser en un principio colaboradores.
Claire mientras pasea con Alex, al final ha entregado la carta de Mary, lo que ha supuesto la liberación del joven. Aunque ahora su intención es obstaculizar el amor entre ambos, aludiendo a la enfermedad de este. No cabe duda como a lo largo de toda la serie hemos podido comprobar que la palabra de Claire es una de sus mejores armas a la hora de conseguir sus propósitos, y aunque le rompa el corazón robarles la felicidad su manipulación, por el bien de Frank, consigue hacer entender al joven que lo mejor para Mary es alejarse de ella.
La siguiente escena nos muestra por fin, el primer cara cara a entre Jamie y Saint Germain. Ambos como si de un duelo se tratara, se lanzan amenazas, eso sí sin olvidar que estamos en Francia: sentados a la mesa y con una copa de vino, lejos queda el batirse a espada y en el frio barro. Los modales no son la evidencia del desagrado que se procesan, ninguno de los dos desea asociarse con el otro pero de momento así lo acuerdan. Jamie y Claire traman como romper dicho acuerdo sin parecer los responsables, para evitar que el príncipe obtenga la financiación. Parece que unas hierbas que Claire conoce pueden hacer pasar como viruela los síntomas que sufra la tripulación del barco y así poder echar a perder la carga. Este es uno de los pocos momentos en los que la pareja puede ejercer como tal, Jamie aprovecha y enseña a Claire un regalo para el bautizo del bebe «Las cucharas de los apóstoles» (Antiguamente los padrinos se las regalaban a sus ahijados como regalos bautismales). Por su parte Claire le trasmite los miedos que tiene sobre ser una buena madre, visto desde fuera alguien que se preocupa tanto por los demás no debería tener esos miedos. Jamie la tranquiliza prometiéndole que estarán juntos y se apoyarán en cada decisión.
La última parte del capítulo se desarrolla en el palacio de Versalles, concretamente en los jardines y caballerizas reales donde la pareja acude para ayudar a Sandringham a elegir ejemplares. Magnifica la fotografía de dicho escenario, toda la oscuridad anterior da paso a un paisaje lleno de luz, de color y de exquisito vestuario, como no coronado en nuestra bella protagonista. Mientras Jamie aconseja al duque y muestra sus conocimientos sobre los caballos expuestos este le hace saber la mala impresión que le causo el príncipe en la cena celebrada. Claire por su parte se encuentra con Annalise e inicia una pequeña charla, la presencia de este personaje produce en Claire un evidente malestar, aunque no a ciencia cierta, parece que intuye que en el pasado algo ocurrió entre la bella noble y su marido, refrendado este pensamiento por las continuas alusiones al carácter del pelirrojo escoces que Annalise hace.
Pero este malestar no es nada comparable al sentimiento en el momento que hace aparición el Capitán Jonathan Wolverton Randall, del Octavo de Dragones de su majestad el rey de Inglaterra. Personalmente me encanta la interpretación de este personaje y cómo su sola presencia petrifica a Claire, la hace enmudecer, transmite en cada momento el sentimiento al espectador, muy conseguido, apenas puede articular palabras para intentar huir de la situación. Es la aparición del monarca francés la que da por concluida la conversación.
Las mofas del entorno del rey hacia el tosco acento del capitán, relajan momentáneamente a Claire, hasta que Jamie hace acto de presencia. Hay unos pocos segundos en los cuales parece que puede pasar cualquier cosa, aun sabiendo, como anteriormente comenta Jack, que batirse en duelo en presencia del rey está penado con la muerte. Ambos se saludan sin casi mirarse a los ojos mientras Claire toma del brazo a su esposo en un acto de apoyo o quizás de disuasión. Jack ha llegado a París para pedir al duque que considere volver a admitir a su hermano Alex. El rey vuelve a aprovechar su poder para ridiculizar a Jack haciéndole a ponerse de rodillas y suplicar. Claire utiliza esta oportunidad para decirle al rey que no se encuentra bien y desea retirarse. A la salida, Jamie se asegura de que Claire está bien antes de girarse y tener una conversación privada con Jack en la cual le reta a un duelo que el capitán acepta.
Ambos vuelven a casa pensando en el duelo pero con diferente estado de ánimo. Tan pronto como Jamie se baja del carruaje Claire se marcha a la Bastilla. Murtagh y Jamie hacen planes sobre el duelo, pero Claire aparece diciendo no habrá duelo porque, Randall está en la Bastilla. Ella lo ha acusado falsamente de ser el que violó a Mary, sabe que no va a estar en la cárcel mucho tiempo, pero tiene la esperanza de que sea lo suficientemente para hacer entrar en razón a Jamie. Le suplica que él está a punto de ser padre y con duelos al margen de la ley en Francia, podría terminar en la cárcel. Jamie sostiene que ella es la que le hizo saber que Jack todavía está vivo y ahora no entiende porqué no puede matarlo después de las vejaciones que sufrió.
Es entonces cuando Claire revela su verdadera razón para detener el duelo. Ella explica que Frank es un descendiente de Jack y Mary y si Jamie mata a Frank antes de que los mismos tengan un vástago Frank nunca existirá. Jamie está molesto de que Claire ponga a Frank por encima de sus necesidades. Jamie dice que no puede vivir mientras Jack lo hace. Pero de nuevo aunque quizás esta decisión sea la que haga tambalear el matrimonio por las secuelas, Claire convence Jamie para que espere durante un año a que el antepasado de Frank sea concebido.
@ReyesdelMando Los Reyes del Mando
@RubenBRKLO Rubén Cifuentes